En general, la Tierra de León dispone de suelos aptos para el cultivo del viñedo ya que están todos situados bajo los 900 m. de altitud, asentados sobre terrazas aluviales
Tanto los pardos sobre depósitos pedregosos, como los calizos sobre materiales blandos, poseen características que hacen que se les pueda considerar cómo los más adecuados para el cultivo de viñedo de calidad, y prueba de ello, es que las grandes denominaciones de origen de Castilla y León se asientan en su mayoría sobre este tipo de suelos.
Son suelos con excelentes condiciones de drenaje interno, con una aceptable capacidad de retención hídrica, facilidad de aireación y penetrabilidad de las raíces, bajo contenido en sales minerales, profundidad, contenido adecuado de caliza y pobreza en materia orgánica.
En la D.O.Tierra de León los suelos y tierras que forman esta gran D.O. están situados por debajo de los 900m de altitud, suelen ser terrazas aluviales formadas por suelos pardos sobre formaciones pedregosas y suelos calizos sobre materiales blandos, con unas condiciones de drenajes internos y muy buena capacidad de retención de aguas, con buenos contenidos en sales minerales y pobres en materia orgánica.
HISTORIA DE LAS TIERRAS DE TIERRA DE LEÓN
Para buscar un origen histórico a la vinicultura en León, tendríamos que remontarnos a la época romana, cuando especialmente la zona sur de la región servia de paso para los viajeros en sus rutas del Camino de Santiago y de la Vía de la Plata y que ya atestiguaban zonas de producción de viñedos.
Sin embargo sería ya en el siglo X cuando los viñedos constituyeron en la zona sur de León uno de los principales pilares de su economía, llegando a ser uno de los principales abastecedores de vino del norte de la Península Ibérica.
En esto jugaron un papel muy destacado conventos y monasterios como los de Santa María y Santiago de Valdevimbre, adquiriendo terrenos que se dedicaron al cultivo de viñas «uinea mostra» como queda reflejado en muchos documentos del archivo de la Catedral de León.
Durante el transcurso de los siglos, la historia del vino en el sur de León supo mantener además una tradición en su elaboración, con la construcción de bodegas-cuevas excavadas en pequeñas lomas de tierra arcillosa y formando galerías, como las que podemos encontrar hoy en día en Valdevimbre.
Y es que el interior d estas cuevas genera un micro-clima ideal, para la elaboración de nuestro tradicional vino de aguja en donde la variedad de uva Prieto Picudo es la auténtica y genuina protagonista.
Ya en el siglo XX, en el año 1.985 se inician los primeros pasos para lograr la denominación de origen, cuando un grupo de cooperativas y bodegas del entorno de Valdevimbre, Los Oteros y Cea, crean la Asociación Profesional de Viticultores, Elaboradores y Embotelladores.
Y así llegó la tan ansiada Denominación de Origen Tierra de León el 27 de julio de 2007, que cuenta con una peculiaridad que la hace única y que constituye su emblema, su variedad de uva autóctona Prieto Picudo.